Apagón de llama

Esto puede suceder por varios factores, entre ellos falta de combustible, pérdida de compresión, falta de oxígeno (a grandes alturas), daños por elementos ajenos (como por ejemplo aves, granizo o ceniza volcánica), inclemencias del tiempo, fallos mecánicos y temperaturas muy bajas.

Los motores modernos son mucho más robustos a este respecto y, a menudo, se controlan digitalmente, lo que permite un control significativamente más efectivo de todos los parámetros del motor para evitar apagones e incluso iniciar un reinicio automático si se produce un apagón.

Los apagados ocurren con mayor frecuencia en configuraciones de potencia intermedia o baja, como en crucero y descenso.

Los encendedores normalmente se usan solo al arrancar el motor, hasta que la llama en la cámara de combustión se vuelve autosuficiente.

[3]​ Hay un sistema de reencendido para que la turbina vuelva a funcionar si se produce un apagón de llama en pleno vuelo.