Debutó con el primer equipo en la temporada 1935-36 en Santander frente al Racing de Santander marcando dos de los seis goles que hizo el Real Oviedo en ese encuentro.
Tenía la particularidad de que jugaba con una boina totalmente calada en la cabeza.
Al reiniciarse la competición en la temporada 1939-40, el Real Oviedo pidió una dispensa a la Real Federación Española de Fútbol por los destrozos sufridos en el estadio durante la guerra.
Regresó al Real Oviedo en la temporada 1940-41 y formó parte de la llamada Tercera delantera eléctrica junto a Goyín, Echevarría, Herrerita y Emilín, durante los mejores años de toda la historia del Real Oviedo.
[2] Se retiró del fútbol en la temporada 1950-51 en el Círculo Popular de La Felguera.