Antonio Fernández de Castro
Natural de Córdoba y sobrino de Juan de Alfaro, podría haber pintado por afición y devoción más que por profesión.[1] Ceán Bermúdez copió el epitafio que en reconocimiento a sus méritos hizo poner el cabildo en su sepultura, frente a un lienzo de San Rafael por él pintado, donde se le llamaba estudiosísimo del arte de la pintura, singular en el color y la composición y pintor de muchas imágenes de santos con suave pincel:Del citado cuadro de San Rafael dice González Guevara que fue llevado a Madrid donde lo copió Antonio Álvarez Torrado (hacia 1734-1806).[3] Es esa copia, firmada en 1788, el óleo que actualmente se conserva en la capilla de San Agustín, lienzo de grandes dimensiones conocido como la Aparición del arcángel san Rafael al venerable Roelas.Su composición y ejecución, muy distintas de otras obras del propio Torrado en la misma catedral, permite suponer que se trate en efecto de una copia fiel del original, en paradero ignorado.