Antoine Fabre d'Olivet

Cuando cumplió los once o doce años fue enviado a París por su padre, un empresario de la industria internacional de la seda, que deseaba que su hijo recibiera una buena educación y ayudara al negocio familiar.

Aunque su postura política durante esta época le causaría más tarde problemas, sobrevivió ileso tanto a la Revolución Francesa como al posterior período de terror que desató.

Como resultado, Antoine Fabre d'Olivet buscó empleo y en 1799 consiguió trabajo en el Ministerio de Guerra francés.

En su autobiografía Mes souvenirs (publicada póstumamente), admitió más tarde que trabajó en varios proyectos literarios personales en lugar de cumplir con sus deberes oficiales.

Su muerte en 1802, después de que se separaron, influyó más tarde en su pensamiento filosófico; afirmó que ella se le había aparecido en varias ocasiones, y le atribuyó sus teorías sobre la inmortalidad del alma y la Providencia.

Antoine Fabre d'Olivet