Annick de Souzenelle

Trabajó durante quince años como enfermera anestesista y más tarde como psicoterapeuta.[3]​ Siguió un camino espiritual de esencia judeocristiana y abierto a otras tradiciones.Su investigación estuvo inspirada en la espiritualidad cabalista, la psicología junguiana y la filología hebrea.[6]​ Determina unas «leyes ontológicas» y defiende que la crisis ecológica está estrechamente ligada a la transgresión de dichas leyes y que, por tanto, será imposible detener la degradación medioambiental si no se realiza un trabajo espiritual.[7]​ En 2016, creó la Asociación Arigah[8]​ para asegurar la transmisión de su obra, reunir a quienes siguen sus enseñanzas y fomentar el desarrollo del Instituto de Antropología Espiritual.