Como su propio nombre indica, Annaberg-Buchholz nació de la fusión, en 1945, de dos poblaciones anteriores, Annaberg y Buchholz, que habían pertenecido hasta entonces a dos señoríos diferentes.
Ambas poblaciones habían conocido un gran auge a partir del siglo XV, gracias al descubrimiento de importantes yacimientos de plata y oro en la comarca.
Entre otros monumentos, merece la pena destacar las casas de Martín Lutero y del matemático Adam Ries, que dirigió allí una escuela de matemáticas.
La fabricación y el comercio de encajes continúan siendo una actividad destacada en la región.
Los turistas pueden, asimismo, visitar dos minas restauradas y reconvertidas en museos.