Finalmente, siete años después logró que el presidente Woodrow Wilson recogiera la iniciativa y la promoviera él mismo hasta volver la conmemoración un día de fiesta para las madres en general.
Así fue gestado el día internacional de la madre, que después fue encontrando eco en otros países que lo adoptaron hasta tenerse la celebración conocida en la actualidad.
Esto la hizo luchar en contra de este proceso que consideraba ilegítimo, hasta el punto de que en alguna ocasión fue arrestada por perturbar la paz debido a sus manifestaciones ruidosas.
Se quejaba amargamente del simbolismo negativo que representaba el enviar tarjetas pre-impresas para celebrar a las madres en su día.
Decía: Ana María Jarvis nunca se casó y no tuvo descendencia.