Cuando el padre de Reo supo que su hija estaba encinta, no creyendo que fuera por obra de Apolo sino por un vulgar mortal, encerró a su hija en un cofre que abandonó en el mar a la deriva.
[1] Después, Anio llegó a ser soberano de Delos.
Las llamadas viñadoras fueron por su propia voluntad, pero después cansadas decidieron huir.
Mientras los griegos las perseguían, pidieron ayuda a Dioniso, y él las transformó en palomas.
[6][7] Eneas, Anquises, Ascanio y otros refugiados, huyendo de Troya, viajaron a Antandro, luego a Tracia y finalmente llegaron a Delos, donde se encontraron con Anio y sus hijas, las Viticultoras.