La técnica fue desarrollada por Alexandre Alexeieff y su esposa Claire Parker, quienes a menudo visitaban el National Film Board of Canada.
La pantalla original tenía 240.000 agujas, las que usualmente eran presionadas una por una con una pequeña herramienta o con otros instrumentos especialmente diseñados.
Hoy en día hay disponibles pantallas más pequeñas y baratas, que se venden en la web o en museos de ciencia.
Según Claire Parker, las imágenes creadas con la pantalla de agujas posibilitaban la realización de películas animadas que se escapaban del aspecto chato y "cómico" de la animación por celdas, dando lugar en cambio a efectos dramáticos y poéticos gracias a la explotación del chiaroscuro.
Un animador contemporáneo que utiliza esta técnica es Jacques Drouin, del National Film Board.