Los anillos suelen adornarse con gemas falsas (normalmente hechas de cuarzo o de cristal) que contienen el cristal líquido termocromático en su interior o en una pequeña capa en la superficie.
[1] En principio se vendieron al por menor a 45 dólares por un "engaste plateado" y 250 dólares por el dorado, y fueron vendidos por primera vez en Bonwit Teller,[2] volviéndose rápidamente una moda en los años 1970.
[3] Aunque no hay una única correspondencia entre el estado de ánimo y el color del anillo, estas son algunas de las interpretaciones comúnmente aceptadas para los colores: Negro: Indica estrés, tensión o ansiedad.
Un amarillo claro puede significar que la persona está alerta, pero no completamente relajada.
Sin embargo, un rojo más oscuro podría apuntar a la ansiedad o al enojo.