Durante buena parte de su existencia estuvo estrechamente relacionada con la construcción del nunca acabado ferrocarril Santander-Mediterráneo.
La empresa estuvo constituida principalmente por dos entidades, la Central Mining and Investiment Corp.
Las obras del ferrocarril avanzaron a buen ritmo entre 1925 y 1930.
Aunque se inauguraron varios tramos que totalizaban un trazado de 367 kilómetros, los trabajos de construcción no llegaron a completarse a nunca.
La línea nunca llegó a Santander, quedando «muerta» en Cidad-Dosante.