La angioplastia renal es la intervención endovascular más frecuente para el tratamiento de la estenosis aterosclerótica de la arteria renal.
Se trata de una enfermedad trascendente, dado que varios estudios han observado que su presencia es un factor predictivo de mortalidad en pacientes con arterioesclerosis[2] Además, tanto el grado de estenosis como la función renal empeoran con el tiempo.
[3] La estenosis de la arteria renal es causa de hipertensión arterial (denominada en este caso hipertensión renovascular) y de insuficiencia renal (denominada nefropatía isquémica).
Las técnicas de diagnóstico por imagen utilizadas preferentemente son la ecografía doppler, la tomografía computerizada y la resonancia magnética.
La Arteriografía por Sustracción Digital (ASD) es la exploración diagnóstica que confirma la estenosis o obstrucción, y es el paso previo al tratamiento endovascular percutáneo.