Angélica Morales von Sauer

Las ambiciones de su señora madre hicieron que ella y sus hijas (Angélica y Esperanza) se trasladaran a Berlín, audicionándole al gran pianista Ferrucio Busoni, el cual le asignó a su asistente Egon Petri como profesor.

Contrajo matrimonio con su maestro Emil von Sauer procreando de esta unión dos hijos Julio y Franz.

Tuvo una carrera estelar, siendo solista con las grandes orquestas europeas y a dúo con su esposo Emil von Sauer.

En plena Revolución Mexicana, y casi sin dinero, doña Lolita, como era llamada su madre, se ve forzada a volver a Aguascalientes embarazada de Esperanza, la hermana menor de Angélica, y la pequeña Angélica.

Su primer maestro fue el alemán Egon Petri, quien de inmediato observó en la niña dotes para tocar ese delicado instrumento.

[3]​ Petri es uno de los tantos que enviarán peticiones al gobierno mexicano para apoyarla económicamente: Ante la cada vez más insistente y, sobre todo, relevante importancia de los que intervienen en esta solicitud, la Secretaría de Instrucción Pública, ocupada recientemente por José Vasconcelos, concede finalmente la ayuda a la familia, y tanto Angélica como su madre y hermana viajan por fin a Europa, en 1921.

Esta calidad hizo que debutara como ejecutante tres años después, para la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Berlín.

Vuelve a Viena ya siendo una jovencita de 20 años, logrando cautivar a Emil von Saurer, que para esas épocas ya surcaba los 70 años y llevaba 44 de casado con Alice Elb, con quien tenía 9 hijos.

Con él tendrá dos hijos: Julian y Franz, a quien no le permitió ser músico.

La Segunda Guerra Mundial los sorprende en Viena, pero la familia Von Sauer jamás pasó sobresaltos ni necesidades durante el conflicto, gracias al prestigio de los dos concertistas y a sus múltiples amistades en el círculo intelectual y político europeo.