Fue disputada por España e Inglaterra, ganadores de las semifinales.
La jugadora indicó durante un vídeo en directo de Instagram que no le había gustado la acción para, posteriormente, delegar en su sindicato, FUTPRO y en su agencia de representación la gestión del incidente.
Luis Rubiales se enfrentó a duras críticas por estas actitudes, incluidas peticiones de altos cargos del Gobierno de España y del principal partido de la oposición para que dimitiera.
Así mismo, la AFE emitió un comunicado oficial en el que afirmaba que si Rubiales no dimitía inmediatamente, exigirían que se le aplicara la Ley del Deporte. Relacionado con todo ello, la FIFA abrió expediente disciplinario a Luis Rubiales.
El 26 de agosto, la Comisión Disciplinaria de la FIFA suspendió provisionalmente a Rubiales inicialmente durante 90 días de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional.