Andrés Seoane
Continua sus trabajos de maestro de obras y tallista en restauración de la Santa Cueva de Covadonga, por esas fechas le encargan la talla en piedra del San Jorge del edificio Casa Botines[1] en León.A esta ciudad se trasladará posteriormente con su familia y a ella permanecerá unido hasta su muerte, interviniendo en sus edificios más emblemáticos.Elige León como centro neurálgico de todas las intervenciones de la zona y allí monta los talleres de restauración en la catedral y en la Basílica de San Isidoro[4] donde cuenta con numerosos maestros canteros, tallistas de piedra y madera, doradores, estucadores, pintores al fresco, etc.Por esta arriesgada decisión, que salvó al edificio del desplome, recibió en 1966 la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.[13] Sus cuatro hijos mayores: Santiago Seoane, José Andrés Seoane, Pelayo Seoane y Manuel Seoane, han continuado con una saga de canteros, tallistas y restauradores que abarca ya varias generaciones y la práctica totalidad de la geografía española.