Tras el final de la Segunda República Húngara y la consecuente ocupación comunista del país en 1950, Peter y Margit (Tony Goldwyn y Nastassja Kinski) se ven obligados a abandonar Hungría y trasladarse a Estados Unidos con su hija mayor María (Mae Whitman), sin embargo también se ven obligados a dejar atrás a su hija Suzanne (Raffaella Bánsági) de menos de 2 años.
Cinco años después, Peter y Margit escriben varias cartas, entre ellas a la Cruz Roja para que les traigan a su hija de [ya] seis años (Kelly Endrész Banlaki).
Una vez allí, entra en conflicto consigo misma al tener que adaptarse a una nueva vida y aceptar vivir bajo el techo de sus padres a los que considera unos extraños.
Al cumplir los quince (Scarlett Johansson) entra en una fase rebelde y su madre al ser incapaz de controlarla, esta le pide a su esposo que hable con ella.
Una vez llega a Budapest, trata de descubrir su pasado y su verdadera identidad.