Los sistemas de distribución (también conocidos como Acueductos) son sistemas mallados o redes cerradas diseñadas de una manera redundante donde el agua para abastecer un usuario puede seguir diversos caminos para abastecer un usuario cualquiera o un área cualquiera del sistema puede ser servida por más de una tubería simultáneamente.
Lo anterior con el objeto de brindar a los usuarios una mayor confiabilidad del servicio y que la rotura y posterior reparación de un tramo del sistema no implique necesariamente la suspensión del servicio.
Esta configuración genera un sistema indeterminado de ecuaciones, donde generalmente los datos conocidos son los diámetros y rugosidades de las tuberías que conforman el sistema, los valores estimados o proyectados de caudal demandado por el sistema y al menos el valor de una frontera de carga conocida (por ejemplo el nivel del agua en un Embalse).
El resultado final del proceso matemático iterativo (hasta alcanzar para el conjunto de ecuaciones una convergencia numérica mínima predefinida por el modelador), es la obtención de los caudales que circulan por las tuberías y las diferentes presiones en los nodos del sistema.
Este modelo no solamente está representado por tuberías sino también por Tanques de Almacenamiento, Embalses (Reservorios), Válvulas de Regulación, Bombas, Medidores, Accesorios, entre otros elementos.