El altar fue establecido por César Augusto en el año 29 a. C. para celebrar la derrota de Marco Antonio y Cleopatra en Actium.
La estatua representaba a una mujer con alas, sosteniendo una palma y descendiendo para otorgar una corona laurel al victorioso.
La estatua fue capturada por los romanos en 272 a. C. al rey Pirro de Epiro.
El altar fue restaurado por el usurpador Eugenio, durante su breve reinado (392–394).
[2] La estatua de la Victoria es una estatua que se hallaba presente en el Senado Romano, es de origen pagano y fuente de continuas disputas en la antigüedad tardía en el Imperio romano, donde las luchas de poder entre senadores paganos y senadores cristianos hacían retirar la estatua y volverla a traer al senado una y otra vez como símbolo de la dominación del cristianismo sobre el paganismo y viceversa.