Esa victoria puso gran parte del territorio de Herzegovina en manos de los rebeldes, dejando a Stolac aislado y bajo el asedio reelde.
Con los ejércitos otomanos acercándose hacia Sarajevo en los próximos meses, Ali-paša Rizvanbegović avanzó con sus propias fuerzas, como hizo su socio leal Smail-aga Čengić de Gacko.
Sus ejércitos llegaron el 4 de junio en Stup, una pequeña localidad en la carretera entre Sarajevo y Ilidža, donde ya se llevaba una larga e intensa batalla entre los ejércitos otomanos y los rebeldes comandados por Gradaščević.
Las tropas leales de Herzegovina rompieron sus defensas Gradaščević había instalado en su flanco y se unió a la lucha.
Abrumado por el ataque inesperado de detrás, el ejército se vio forzado retroceder a la ciudad de Sarajevo, donde sus dirigentes decidieron que una mayor resistencia militar sería inútil.
Su lealtad al imperio otomano en momento de crisis, y su considerable éxito militar en aquella causa, Ali-paša Rizvanbegović se le otorgó una recompensa adecuada.
En 1833, Sultan Mahmud II le concedió el título de Visir, así como dándole la elección del cual territorio quería gobernar.