Alfred Hoche

Según el libro de Michael Burleigh Death and Deliverance, estaba casado con una mujer judía y dejó su puesto en Friburgo cuando los nacionalsocialistas llegaron al poder.

Hoche propone la eutanasia como la concibe Binding, y arguye que si matar a una persona permitiera salvar otras vidas, se justificaría (utilitarismo).

Esto le habría permitido mostrar gratitud o reverencia y vincular intensos recuerdos a esos sentimientos, lo que era importante tener en cuenta al decidir sobre si darle muerte, aunque no se podía equiparar con matar a otro ser humano.

Hoche sostenía que a los "mentalmente muertos" se los identifica fácilmente: no tienen una imaginación clara ni ningún sentimiento, deseo o voluntad.

No tienen derecho subjetivo a la vida, pues sus sentimientos son simples y elementales, como los que se observan en los animales inferiores.

Al calcular la "carga financiera y moral" de una persona así para su entorno, el hospital y el Estado, Hoche afirmaba que quienes estaban "mentalmente muertos del todo" imponían un gran peso a "nuestra carga nacional".

Innenansicht eines Menschenlebens [Anillos anuales: una mirada al interior de la vida humana], Tilde Marchionini-Soetbeer, la editora, afirmó: "[…] por afecto a mi difunto amigo, que lo fuimos durante 20 años, me he encargado, con críticos comprensivos, de editar y aun suprimir partes del texto que... [Hoche] habría rechazado o son obsoletas o injustas".

Hoche refirió en detalle que había participado al menos en un experimento ilegal con un cuerpo así.

Varios autores en particular[4]​[5]​[6]​[7]​ han señalado semejanzas entre los argumentos de Hoche y los del filósofo australiano Peter Singer.