Alfonso Olaso comenzó a jugar al fútbol en el Nacional de Madrid.
En las temporadas siguientes jugó en la Segunda división tratando de lograr el ascenso, pero se retiró del fútbol en 1934 sin haber vuelto a la Primera división española, ya que su retirada coincidió con la temporada en la que su club logró el ascenso.
Existen dos versiones sobre lo que le pudo pasar; según unos murió desangrado por las heridas que había recibido; según otros fue ejecutado por su condición de oficial por los hombres de El Campesino.
Tras la Guerra Civil, la prensa le rindió tributo en más de una ocasión y desde los años cincuenta la Federación Española de Fútbol decidió poner en marcha el premio Alfonso Olaso en su recuerdo.
Durante aquel partido Alfonso Olaso coincidió sobre el terreno de juego con su hermano Luis.