Alfonso Espínola

Tras esto, regresó a Teguise, donde se desempeñó como médico, logrando encontrar, en los casos graves, la solución del problema evitando que alguien muriera.

Siendo el único médico de la ciudad curó a muchos enfermos con un tratamiento que no dejaba secuelas en los mismos.

El médico pasaba muchas horas junto al lecho de sus semejantes, no distinguiendo entre pobres y ricos.

[1]​ Espínola no sólo se ocupó de la medicina: también fue profesor, tanto en Las Piedras como en San José.

Espínola fue considerado un gran orador y en sus clases lograba despertar el interés de sus alumnos.