Llegó a ser presidente del Banco Central y fue senador por designación real tras las primeras elecciones celebradas en 1977.
Su padre y su tía María de los Dolores sabían que tenía capacidad para ir a la universidad y emprender una importante carrera, por lo que asistía además a clases particulares.
El prematuro fallecimiento de su progenitor, dedicado al comercio de pescado, dio un vuelco a la vida del pequeño Alfonso, que se hubo de poner a trabajar con 12 años como botones en la sucursal del Banco Internacional de Industria y Comercio, donde cobraba 15 pesetas al mes, mientras su madre trabajaba como costurera para sacar adelante a los cinco huérfanos.
Tras la crisis de 1929, la entidad debió reducir personal y Escámez, con 13 años, perdió su primer trabajo.
Después de la Guerra Civil, el Internacional fue absorbido por el Central, entidad de la que ya nunca se desligaría y donde desarrolló toda su carrera, hasta alcanzar la presidencia en 1973.