Huérfano de madre desde muy niño, fue criado por una tía, que intentó encaminarlo hacia la carrera eclesiástica infructuosamente.
Problemas con la justicia lo obligaron a abandonar Bolonia, estableciéndose en Florencia, donde pintó diversas fachadas al fresco, y algunas obras de altar (1599-1606), tales como la Adoración de los Pastores (Palazzo Pitti).
En la ciudad del Arno trabajó a las órdenes de maestros consagrados como Domenico Passignano, Bernardino Poccetti y Jacopo da Empoli.
Su obra maestra en dicha ciudad es una serie de frescos para la Cappella Brami en la Basílica della Ghiara.
En Parma pintó una Jerusalén liberada para el Palazzo del Giardino de los Farnese.