Alejandro Perla

Profesor mercantil, al estallar la Guerra civil empezó a trabajar como ayudante de dirección y a dirigir cortometrajes.

Después fue nombrado jefe nacional del Sindicato Nacional del Espectáculo franquista y siguió como ayudante de dirección con Ricardo Gutiérrez, Antonio Román, Ladislao Vajda y el portugués José Leitão de Barros.

Su labor como director empezó en el cine salazarista portugués con Cais do Sobré (1946) y Os vizinhos do Rés-do-Chao (1947); introdujo al actor portugués Antonio Vilar en el cine español con la producción histórica El duende y el rey (1948), su primera película cien por cien española, ambientada en la España de Felipe IV y con Diego Velázquez como personaje de un guion compuesto por Alfredo Echegaray.

En el mundo hípico de las carreras está ambientada A punta de látigo (1949), rodada en el efímero procedimiento Dufaycolor.

Se acercó al género policiaco con Ha desaparecido un pasajero, de la que también firma el guion y en la que debutó el actor Antonio Ferrandis; a la comedia con la codirigida Al fin solos, al musical con Villa Alegre, a mayor gloria del cantaor flamenco Pepe Mairena, cinco de cuyas canciones glosa, y también hizo la película infantil De la piel del diablo.