Es venerado como santo cuya festividad se celebra el 11 de agosto.
Según este escrito, era un hombre virtuoso que vivía modestamente su oficio de carbonero en Comana Pontica, en el Asia Menor (actual Gumenek, Turquía).
San Gregorio rechazó a los candidatos presentados y cuando lo explicó alegando que ninguno de ellos tenía suficientes virtudes, un ciudadano sugirió que hiciera obispo a Alejandro, el carbonero, que era conocido por su virtud, humildad y caridad.
Gregorio se informó y decidió nombrarlo; cuando lo presentó vestido de sacerdote, el pueblo lo aceptó.
Alejandro dirigió acertadamente su sede hasta la persecución de Decio en 251, cuando fue martirizado en la hoguera.