Su perímetro irregular y la desigualdad de sus torreones, corrobora las continuas remodelaciones a que fue sometido.
El alcázar debió contar con una infraestructura hidráulica importante como lo demuestra la presencia de dos grandes aljibes.
La práctica destrucción del recinto palatino dificulta el análisis de los escasos elementos conservados, aunque es posible distinguir los momentos constructivos más importantes.
Quizás la obra más significativa realizada durante el periodo bajomedieval sea la construcción de una portada monumental y un patio apeadero que determinaron un cambio radical en el sistema de acceso al castillo.
El tímpano se cierra con un arco conopial decorativo y una ventana enmarcada por baquetones compuestos remata la composición del segundo cuerpo.