Muy pronto comenzó a realizar carteles publicitarios para los Cines Parra, ilustraciones para periódicos y revistas y dibujos publicitarios, hasta que en 1942 se traslada a Madrid para ampliar su formación.
Allí copia a los grandes maestros en el Museo del Prado y asiste a clases de dibujo en el Círculo de Bellas Artes.
En Madrid mantuvo una intensa actividad realizando decorados para el teatro, retratos y murales.
Un año después se trasladó a Washington, ciudad en la que vivió hasta 1961, pintando numerosos retratos y perfeccionando la técnica del grabado.
En esos años fue también asesor artístico de la Embajada Española en Estados Unidos.