Durante su gestión se logró que la Iglesia en la Argentina pudiera contar con emisoras propias de radio y televisión.
En 1955, un año difícil para la Iglesia argentina, Balsa ingresó al Seminario Arquidiocesano de Buenos Aires donde se formó para ejercer el ministerio sacerdotal.
Posteriormente, y por un año, fue vicario en San Pablo Apóstol, en el barrio de Colegiales, hasta que fue designado administrador parroquial en Nuestra Señora del Carmen, en la isla Martín García, cargo que ocupó hasta 1977.
Participó en seminarios organizados por el Departamento de Liturgia del Celam en Colombia y Venezuela y acompañó a monseñor Desiderio Collino por dos trienios en la Comisión Episcopal de Liturgia en la realización de 14 seminarios regionales del Cono Sur, destinados a promover la reforma litúrgica.
Durante años actuó como guía o locutor en la transmisión televisiva y radial de los tedeums patrios celebrados en la catedral, en actos eclesiales, como el Congreso Eucarístico Nacional de Salta, el Congreso Mariano de Mendoza, las celebraciones porteñas del Corpus Christi; desde Luján, varias peregrinaciones juveniles y otras, como cuando fue sepultado allí el cardenal Pironio.
Durante su gestión se logró que la Iglesia en la Argentina pudiera contar con emisoras propias de radio y televisión.