Realizó los trabajos más variados, incluyendo operador de telégrafo, hasta que se alistó a la Guardia Nacional en Nueva York, sirviendo en Francia durante Primera Guerra Mundial.
En 1923 se convirtió en editor de la revista Scientific American, ocupación que mantuvo hasta su jubilación en 1955.
[1] Comenzó una columna regular, titulada "El astrónomo del patio de atrás" en 1928, rebautizada más tarde como "El científico aficionado".
[2] Tras su jubilación en 1955, Ingalls viajó por el estado de Nueva York investigando su genealogía hasta que fue atropellado por un coche.
El accidente le dejó paralizado, falleciendo un año más tarde a los 70 años de edad.