Jugó durante cuatro temporadas con los Tar Heels de la Universidad de North Carolina, en los que promedió 16 puntos y 5 rebotes por partido.
Allí jugó temporada y media, subiendo notablemente su aportación al equipo.
En la temporada 1983-84 fue traspasado a Seattle Supersonics, donde se hizo con el puesto de titular, firmando su mejor año, tras promediar 15 puntos y 3 asistencias por partido.
Tras tres temporadas en los Sonics, fue traspasado a Dallas Mavericks, donde fue relegado al banquillo, jugando apenas 12 minutos por partido.
En el total de su carrera como profesional promedió 11,8 puntos y 3,0 rebotes por partido.