En 755 dispuso el asesinato de Abu Muslim, un liberto leal con excesivo poder en Irán y Transoxiana.
Su victoria sobre Nafs az-Zakiya en 762, un rebelde chiita en el sur de Irak y en la península arábiga hizo que los grupos chiitas se alejasen aún más de él.
Durante su reinado, la literatura islámica y los estudios coránicos iniciaron una época de esplendor, gracias a la tolerancia abasí frente a los persas y otros grupos reprimidos en época omeya.
Pues, aunque el califa omeya Hisham ibn Abd al-Malik había adoptado las prácticas cortesanas persas, no fue hasta la época de Al-Mansur cuando se apreció en todo su valor la literatura persa en el mundo islámico.
Con los abbasíes, especialmente desde Al-Mansur, la expansión del islam fue mucho más rápida que en el pasado.