Abu l-Muzig al-Husayn ibn Mansur, más conocido como Al-Hallaŷ o Al-Hallaj, el "cardador".
Condenado a muerte, es ejecutado mediante la horca, crucificado, mutilado y quemado.
Muchos maestros sufíes sentían que no era apropiado compartir el misticismo con las masas, sin embargo, Al-Hallaj lo hizo abiertamente a través de sus escritos y a través de sus enseñanzas.
En otra declaración controvertida, al-Hallaj afirmó "No hay nada envuelto en mi turbante salvo Dios", y del mismo modo que apuntaría a su capa y dijo, ما في جبتي إلا الله Mā fî jubbatī illa l-Lah "No hay nada en mi manto salvo Dios.
Declaraciones como éstas le llevarían a un juicio largo, y su posterior encarcelamiento durante 11 años en una prisión de Bagdad.