La decisión de convertir el palacio de Ajuria Enea en residencia oficial del lendakari se tomó basándose en los valores arquitectónicos del edificio, acorde a la función política a la que iba destinado.Ese mismo año, Carlos Garaikoetxea, primer presidente después de la dictadura franquista, ocupó oficialmente el edificio.Su aspecto exterior presenta todos los elementos arquitectónicos del arte neovasco: doble arquería en la planta baja, tres ventanales centrales unificados con huecos balconados y elementos heráldicos en el primer piso, ventanas de arco de medio punto junto a los esquinales cilíndricos coronados en arbotantes de la planta superior, y un amplio alero acabado en bellos pináculos alzados hacia el cielo en la cubierta.Desde entonces, el palacio ha sido ocupado por todos los mandatarios vascos, que han establecido su residencia en la última planta del edificio, una estancia privada de 400 m², reservada únicamente para el lendakari y su familia.Respecto a su distribución actual, en la planta baja se encuentran situados los salones más majestuosos de la mansión, así como el comedor principal, y se utiliza como escenario para recepciones oficiales y actos solemnes del lendakari.