El aislamiento sísmico es una colección de elementos estructurales para desemparejar una superestructura del edificio de su tierra y así proteger la integridad del edificio.
Contrariamente a la creencia popular el aislamiento de base no hace al edificio a prueba de terremotos, aunque su eficacia en la protección de las estructuras contra los terremotos ha sido ampliamente demostrada también por pruebas en mesa vibratoria a escala real, que constituyen los ensayos más representativos en las investigaciones de ingeniería sísmica.
Esta tecnología puede ser usada en el diseño estructural y también se puede realizar en edificios ya existentes.
Basta con crear una planta para darle rigidez, lo que sería un diafragma donde asentar los aisladores y reservar un espacio para los previsibles desplazamientos de los edificios.
[3] Ejemplos de edificios que están montando aisladores son los ayuntamientos de San Francisco, Salt Lake, Los Ángeles, la Torre Latinoamericana, Torre Pemex y Torre Mayor en la Ciudad de México.