El término Aiello viene del latín agellus, diminutivo de ager (campo).
Hasta el 1863 el lugar era llamado Aiello del Sebeto por un error de confusión entre el río Sebeto (que se encuentra en Nápoles) y el río Sabato.
Algunas ruinas arqueológicas hacen pensar que los orígenes tengan su base en el período paleolítico y sobre todo en época romana.
Según una leyenda Juana de Anjou, reina de Nápoles, encantada por la belleza del lugar habitó en el palacio Ricciardelli, el centro medieval.
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