Agustín Garzón fue un destacado filántropo argentino, fundador de uno de los principales pueblos de Córdoba y colaborador principal en numerosas iniciativas religiosas y relacionadas con la educación y la beneficencia en su provincia natal.
En 1874 se creó en el mismo edificio un colegio con internado para alumnas sin recursos, completando la labor del asilo, obras con las que continuó colaborando hasta su muerte.
[2] Ayudó a los obreros apoyando decididamente la obra de Don Bosco en el país y perteneció a las Conferencias Vicentinas desde su fundación en Córdoba, dirigiéndola por muchos años.
En 1870 inició el loteo del futuro pueblo que denominó San Vicente, en honor a San Vicente de Paul, en los terrenos heredados de su madre conocidos como el Bajo de Ariza, a quince cuadras al este del centro de la ciudad, conservando una quinta.
Destinó lotes para el emplazamiento de oficinas públicas y donó parcelas a familias pobres.