Un agente autónomo es un agente inteligente que opera en nombre de un propietario, pero sin ninguna interferencia de esa entidad propietaria.
Dicho programa se desarrolla a partir de unidades (o metas programadas).
El agente actúa para cambiar parte del entorno o de su estatus e influye según lo que percibió.
Ejemplos no biológicos incluyen agentes inteligentes, robots autónomos, y varios agentes de software, incluidos los agentes de vida artificial, y muchos virus informáticos.
Ejemplos biológicos aún no han sido definidos.