Su padre lo envió contra los getas hacia el 292 a. C. pero fue derrotado y hecho prisionero; fue tratado con amabilidad para Dromiquetes el rey de los getas, que lo reenvió a su padre sin pedir rescate y junto con regalos.
Sin embargo Lisímaco marchó entonces personalmente contra los getas y fue hecho prisionero él mismo.
Más tarde Agatocles fue enviado contra Demetrio Poliorcetes que había entrado en Asia y quería ocupar Caria y Lidia que pertenecían a Lisímaco.
Agatocles derrotó a Demetrio y lo expulsó de las provincias en litigio.
Como príncipe heredero era bastante popular entre sus súbditos, pero su madrastra Arsínoe II habló contra él a Lisímaco.