Fue filmada en Chile, en muchos de los mismos lugares donde la destrucción tuvo lugar.
La idea surgió de una conversación entre Roth y López, donde López describió los horrores no solo del terremoto, sino del completo caos y del colapso temporal de la sociedad en las horas siguientes.
Durante una de sus excursiones a la ciudad de Valparaíso, se encuentran en otra discoteca cuando un terremoto sacude la ciudad, sumiéndola en el caos total.
El sismo provoca que algunos presos se escapen de una cárcel cercana, desatando aún más desorden.
Esta situación de emergencia rápidamente se convierte en una tragedia.