Posee tallos rugosos, marcados con cicatrices foliares contiguas, debajo, más o menos densamente vestidos con duras excrecencias blanquecinas patentes como escalones.Las hojas en rosetas laxas, verdes, suaves y brillantes, con los bordes rojos, a menudo mucho más teñido de rojo a plena exposición al sol, de forma oblanceolada –espatulada a obovada –espatuladas, acuminadas y mucronadas hacia el ápice, estrechada, pero ligeramente ahusadas hacia la base, aplastada en la superficie, francamente aquillada en el reverso.Tallos florales delgados, erectos, de entre 1 pie y ½ de longitud, brillante púrpura-rosáceos, llegando a ser finamente glandular-pilosos en su parte superior, con hojas más pequeñas distantes, oblongas, disminuyendo.La inflorescencia es oblonga en su perfil, muy laxa, con entre 6 y 10 ramitas pubescentes, semierectas, que portan cada una de ellas 1 o 2 pares de brácteas, que son dicotómicas cerca del ápice, ramificados entre 2 y 4 terminaciones florales.Sobre las piedras cálidas en Gomera, su color rojo es muy conspicuo, si bien en nuestros climas esto sólo se queda en los bordes de las hojas.No es infrecuente en cultivo: fue introducida al Jardín Botánico de Berlín por Bolle en 1855.