[3] Andrés, auditor de cuentas, vive una existencia monótonamente feliz con sus hijos Pablo y Laura, el perro Bobo y su esposa Paula, funcionaria del Instituto de la Mujer.
Una mañana de sábado, mientras está solo en casa, Andrés observa unos extraños síntomas en "Bobo" y decide llevarlo al veterinario.
Este diagnostica al animal una dolorosa enfermedad incurable y decide sacrificarlo.
Por primera vez, decide mentir a su mujer e inventa un falso accidente para explicar la muerte del perro.
Esta primera mentira desencadenará una sucesión imprevista de nuevas mentiras que alterará radicalmente su vida, amenazará sus rutinas y hasta su seguridad, y le llevará a completar su entorno de un modo muy distinto.