La adaptación hedónica, también conocida como rueda hedónica (hedonic treadmill), es una tendencia observada en la psicología por la que los humanos siempre retornan a un estado relativamente estable de felicidad después de sufrir importantes cambios positivos o negativos en su vida.
[1] En otras palabras, a medida que una persona obtiene logros, objetivos o comodidades, sus deseos y expectativas crecen al mismo ritmo, dejándole con el mismo nivel de felicidad que tenía al principio.
[2] El término fue acuñado por Philip Brickman y Donald T. Campbell en su ensayo de 1971 "Hedonic Relativism and Planning the Good Society".
[3] La adaptación hedónica es un proceso o mecanismo que regula hacia un estado elemental el impacto afectivo de eventos emocionales.
Por lo general, el proceso trae cambios cognitivos, como fluctuaciones en los valores, las metas, la atención o la interpretación de una situación, lo cual tiene su reflejo en los procesos neuroquímicos cerebrales, que desensibilizan cada nueva senda hedónica sobreestimulada.