[3][4] También pueden ser causados por situaciones de estrés por estudios, trabajo, entorno familiar, económico, social o exposición a ruido.
Consisten generalmente en zumbidos, siseos o campanilleos, y en ocasiones llegan a ser tan fuertes que el paciente es incapaz de oír una conversación normal.
El acúfeno está causado por la vibración de los tejidos que rodean al oído o por errores en el sistema auditivo.
Algunos acúfenos se deben a señales generadas, en ausencia de ruidos, en los nervios implicados en el sistema auditivo.
El tratamiento es eficaz en pocas ocasiones, y la aplicación de un anestésico local puede ser efectiva, pero su duración es muy corta, con lo que realmente no se resuelve el síntoma.
[20] Para otras personas es tan fuerte la percepción del acúfeno que puede llegar a ser catastrófico, desgastante y muy incapacitante.
Algunas personas con este síntoma prueban (con mayor o menor éxito) alternativas con vitaminas, minerales, suplementos alimenticios, etc.
Su eficacia ha quedado demostrada en varios estudios clínicos a gran escala realizados por equipos universitarios de renombre.