El Acuerdo arbitrario es un documento creado por el rey Pedro II de Valencia, el Ceremonioso, para romper las disputas entre las localidades castellonenses de Villarreal, Burriana, Almazora y Castellón de la Plana por cuestiones del reparto de las aguas del río Mijares.
Para solucionar el problema, los soldados reales acudían a Villarreal e incautaban el agua para trasladarla a Burriana, la localidad donde residía el Rey, dejando a Almazora y Castellón sin ella.
Para solucionar todos los problemas, Pedro II promulgó el acuerdo por el cual las localidades de Villarreal, Burriana, Almazora y Castellón, disfrutarían del agua conforme a los huertos que tenían respecto a un huerto tipo.
Después de que los ayuntamientos midieran sus huertos, cada uno envió a un hombre de la localidad a realizar las mediciones oportunas del caudal del río.
Cada día las mediciones las hacían dos hombres (dos localidades), mientras los otros dos testificaban en favor de sus respectivas localidades.