A las 8:20 de la mañana, la máquina y los primeros tres vagones ingresaron al puente.
En este momento el maquinista aceleró para poder superar una cuesta que se encontraba más adelante, pero no se percató de que el último de los vagones aún no había atravesado la curva.
El último vagón quedó sobre un pastizal al lado de las vías del tren, en cambio los otros dos corrieron peor suerte: el penúltimo carro se ladeó por completo y cayó una altura de sesenta metros en la barranca norte del cañón del río Virilla, matando instantáneamente a todos los pasajeros que se encontraban en su interior.
Inmediatamente después del accidente, la máquina y los tres vagones que se encontraban a salvo siguieron su camino con el objetivo de informar lo antes posible la emergencia.
Muchos de los heridos fueron trasladados en otros trenes a hospitales en Heredia y Alajuela.