[2][3] En un comunicado de Asdrubal Bermúdez, presidente y propietario de la compañía Transaereo 5074, afirmó que aunque la aerolínea no había sido autorizada a operar, el avión implicado en el accidente cumplía con todos los requisitos de seguridad y estaba autorizado a volar.
El barco de bandera estadounidense Sea Scout, fue enviado a rastrear la zona donde el avión había desaparecido en busca de cualquier resto procedente del avión.
El barco estuvo inspeccionando la zona durante cuatro días.
Este avión se había estrellado el 4 de enero de 2008 perdiendo en el siniestro a sus catorce pasajeros y tripulantes.
La búsqueda del BN-2A-27 Islander de Transaereo está todavía en marcha.