Esta primera academia, que se formaliza en 1734, sufrirá los avatares políticos del siglo XIX, entre liberales y conservadores, y en 1861 pasará a denominarse Real Academia Nacional de Medicina, siendo el germen de la misma.
Estaba formada por un sótano, el despacho o botica donde se atendía, la rebotica, un laboratorio, y una magnífica biblioteca con libros de Farmacia, Química, Botánica, Literatura e Historia.
En ella se reunían José Carralón, médico del Duque de Solferino, Juan Andrés Besterrechea, cirujano de Cámara, José Cervi, médico al servicio de la Corona y Andrés Piquer, eminente médico valenciano, entre otros.
En ella se debatían en agradable conversación las novedades y el progreso de la medicina madrileña, que abarcaba diferentes aspectos de la Medicina, la Farmacia y Farmacología, y las ciencias quirúrgicas.
José Cervi, médico real; comenzando una etapa de amplia actividad científica y sucesivas modificaciones en los Estatutos.