En 1564, otra academia, conocida como «alla Vittoria», se unió a la Academia Filarmónica, que pronto se convirtió en un centro neurálgico de la vida cultural de Verona y de más allá, y se alojó durante un tiempo en el Palacio Giusti del Giardino, donde residían los condes Giusti.
Entre los primeros compositores pagados por la Academia se encontraban Giovanni Nasco y Vincenzo Ruffo.
Solo en el siglo XVII obtuvo de la ciudad un terreno junto a los Portoni della Bra (el portón del Bra), donde se construyó la sede definitiva.
Pasada la guerra, se reconstruyo según el diseño del arquitecto Vittorio Filippini.
Se invita a las grandes orquestas de todo el mundo y a los solistas más destacados del panorama italiano e internacional, para que ofrezcan conciertos, en su mayoría de carácter sinfónico.