Su visir fue Abû Zayd ben Abî Muhammad ben Abî Hafs, que previamente había servido a su padre, Muhámmad an-Násir, y a su hermano, Yaqub II, como gobernador de Ifriqiya.
[2] Le apoyaron en la rebelión varios de sus hermanos, que gobernaban a la sazón Córdoba, Málaga y Granada.
[1] Así, logró ser reconocido como califa por casi todo al-Ándalus, salvo por la zona valenciana, que siguió fiel a su tío.
[4] Los almohades sufrieron una serie de reveses: los leoneses corrieron las tierras sevillanas y los derrotaron en Tejada; Fernando III conquistó Quesada en otoño del 1225, taló Murcia el año siguiente y sometió a vasallaje al gobernador de la región valenciana.
[4] Este se alzó contra él en septiembre del 1227, veinte días antes de que al-Ádil fuese asesinado en Marrakech.